Días de eterna cuarentena

febrero 10, 2021 0

Hace ya casi un año que nos encerraron en casa durante dos meses (o algo así porque ya ni me acuerdo). La verdad es que cuando anunciaron la noticia se me encogió el estómago, pensaba que no iba a aguantar pero la verdad que aguanté muy bien. Me pase toda la cuarentena dibujando como una loca porque conseguí que un agente de artistas me representara para licenciar mis obras y tuve que crear muchas obras nuevas.


Estuve todo el tiempo con mi novio y solamente peleamos una vez (yo creo que por hacer algo porque en realidad estábamos bien). La casa es grande y no nos molestamos ni quisimos "matarnos" ni una sola vez :D He escuchado historias de parejas que no se aguantaron ni una semana.

Luego empezó la "desescalada", salir paulatinamente y en horarios controlados. La verdad que todo esto lo viví como una peli de ciencia ficción. No parecía real... 

Pero ahora, después de casi un año y con restricciones de no poder salir de tu municipio, de que todo cierre a las seis de la tarde o directamente, que no abran, ya me esta cansando mucho. Estoy hasta las mismísimas narices si te digo la verdad. Hasta ahora lo había llevado más o menos bien. Pero ya estoy hastiada, aburrida y cabreada. Intento trabajar pero es imposible. La gente que "trabaja" desde casa en realidad no está trabajando. Están en casa con el pijama puesto y ni cogen el teléfono, ni contestan a los emails. Parece que haga lo que haga no sirve de nada. Es como si el mundo se hubiese muerto... ¿A ustedes no les pasa igual?

Llegados a este punto ya yo no sé ni qué hacer ni qué pensar... No sé si pasar de todo, dedicarme a mis plantas y a cocinar recetas ricas (porque es de las pocas cosas que me relajan) y esperar a que el mundo despierte y volvamos a ser como éramos. 

Sí, quiero que volvamos a donde lo dejamos...

Era un mar sólido

noviembre 02, 2020 0
Dejé soltar el globo de helio en forma de corazón para que echara a volar junto con los otros globos que los niños habían soltado. Lo hice porque la niña que estaba a mi lado no paraba de pedírmelo. Y hasta que no lo hice, no calló y me agarró de la mano.
Los globos estaban medio deshinchados y el cielo encima del lago de mi casa lucía como cuando la gente lanza farolillos de luz al aire, pero en vez de farolillos eran globos de helio de diferentes formas: de elefante, de Pocoyo, de caras sonrientes… y el mío en forma de corazón.
Notaba que la gravedad estaba “fallando”. No sé cómo explicarlo, pero los globos parecían que caían poco a poco porque la gravedad dejaba de existir. Y de hecho, en poco minutos todos los globos deshinchados comenzaron a caer sobre las aguas mansas y oscuras de mi lago, hasta que ya no se veía el agua. Todos cayeron menos mi globo en forma de corazón.


De repente noté que todo caía. Salí del patio central de mi casa, siempre con la niña, y me asomé afuera. Aunque en el interior de mi casa estaba atardeciendo, afuera era de día, con el cielo muy azul y sin ninguna nube. Desde mi cobertizo veía el inmenso mar, y una orca salió despedida de él. Una inmensa orca  con un cuerpo como si fuera de goma. La orca surgió del mar, se chocó contra un barco pesquero y salió despedida otra vez hacia el mar, pero la orca no se hundió. Era un mar sólido. El mar ya no era líquido.

Me empecé a asustar por lo que estaba viendo. En el planeta estaba desapareciendo la gravedad, y por eso caía todo. Pero en el interior de mi casa nada caía. Estaba seguro ahí abajo. Tenía miedo de que me aplastaran las columnas de mi cobertizo, pero eso no iba a suceder. Salí corriendo para ver qué más estaba pasando. Llegué al centro de la ciudad, y aunque parecía que ahí todo estaba tranquilo enseguida vi regueros de personas corriendo. Una iglesia cristiana llena de gente se rompió en dos como si fuese una iglesia hecha de cartón por un niño y que la destroza por la mitad porque se ha enfadado. Me acuerdo que me asusté y me tapé la boca al ver semejante imagen. La iglesia era enorme y estaba hasta arriba de gente. Todas salieron corriendo de allí mientras el edificio se doblaba.

Quería irme de aquel lugar. Todo lo que estaba pasando era muy raro, no entendía nada. Así que me subí a un barco pesquero de esos que estaban varados en el mar y nos pusimos a navegar a toda velocidad para huir de allí. El barco navegaba demasiado rápido, como si tuviera ruedas, como si en vez de navegar por agua, navegase por una carretera firme. Y así era… Todos las torres de edificios acristaladas empezaron a caer como si fuesen edificios de juguete: macizos, indivisibles. Caían al mar pero ninguno se hundía porque el mar era sólido. Esquivé cada uno de los edificios que iban tumbando a nuestro paso. Todos eran rascacielos de ventanas brillantes y de colores, hermosos, imponentes.

El mar quedó lleno de edificios y ninguno se hundió.


Desde hace unos meses, desde el confinamiento, mi pelo se ha llenado de gris. Mis sueños son historias que me hacen despertar en el medio de la nada. “Dios aprieta pero no ahoga”, dicen las viejas. En mi caso ahoga, pero bien. Dios no existe, pa que lo sepas… La mitad de la culpa es mía y la otra mitad de los extraterrestres. No se puede estar tan dormida pasada una edad… Cuando decides despertar todo se va poniendo en su sitio, y la luz se va filtrando hasta entre tu espeso vello púbico. Vamos a despertar y a aprovechar este momento “muerto” para hacer lo que te hace sentir más viva.


Que me destierren a Mallorca

abril 21, 2017 0

MALLORCA la vivo
Con los ojos llenos de mar y la piel soleada
con las carreteras mediterráneas y la sierra siempre al frente
con sus calas abrazadas de montañas y pintadas de turquesa
Con el sonido oleaje para dormir y el silencio para amanecer, 
ensaimada para desayunar y para merendar
Castillos, calles empedradas, veleros y más veleros...


Yo nací en una isla a la que no quiero volver nunca más

Pero si alguna vez me destierran a una isla
que sea a Mallorca

Hace dos años que...

enero 11, 2017 0
DOWNTOWN GIRL 

Hace dos años que mi bóveda no es celeste, es color lluvia. Que salir significa entrar a una nevera y que el verano significa dormir en un horno. Sentir verdaderamente lo que es el cambio entre verano e invierno, y otoño y primavera. Ahora ya sé lo que es la depresión otoñal y la postvacacional. Lo corto que es el día porque te pasas el veinticinco por ciento del tiempo entre estaciones y el sol cae a la hora de comer.
Hace dos años que como gambas vietnamitas para que me sepan a España, que cocino noodles y como sushi... 
Hace unos días que salí del congelador para volver al mundo real (porque esto donde vivo es realidad virtual). Y recordé lo agustito que se está en una terraza al sol tomando café, lo cómodo que es recorrer la ciudad en una hora y que no tengas que coger transporte hasta para comprar el pan. 
Sorprenderme porque al entrar en un establecimiento la gente te salude y sea amable. Había olvidado lo que realmente es la felicidad para mí. Me desconecté para volver a conectar. Ha sido un viaje de vuelta...  
No sé si esto me hacía falta pero aquí me trajo mi viaje...
Hace dos años que tantas cosas sì y tantas no
Hace dos años que no sé lo que es la magia de los Reyes...
Viajar abre la mente

Tercermundismo everywhere

enero 11, 2017 0
28/01/2015

No estoy muerta, estoy poniendo una lavadora y está en modo centrifugado...



Estoy viajando, que eso te cambia la vida...Lo peor de viajar son esos pequeños infiernos que llaman aeropuertos...y esas compañías de bajo coste...¡ja! De bajo, nada. De coste, mucho. Estoy en un país multicolor pero con el techo gris. Estoy en un país que llaman del "primerísimo mundo". Aunque nunca he estado en un país de esos que llaman del tercer mundo, me he dado cuenta que lo del tercermundismo es una cosa intrínseca al ser humano. Somos tercermundistas en todas partes a donde quiera que vayamos, estemos, vivamos...

Somos TODOS tan iguales... Aquí todo el mundo lleva disfraces, es decir, todos somos de "culturas" distintas... Al fin y al cabo, nuestras diferencias son las apariencias. Qué más da si llevamos un pañuelo que nos cubra toda la cabeza o unos pantalones rajados que nos hacen parecer tan guay o una barba hasta el suelo...Todo eso da igual. Son nuestros disfraces que nos empeñamos en defender y lucir con orgullo para decir que somos diferentes (o mejores). No se engañen, son sólo eso, disfraces...Las guerras no son sino luchas de egos, no de otra cosa... No entiendo las guerras...


Las ciudades son inhumanas, son antinaturales ¿quién las inventóMientras voy lavando lo que está dentro de la lavadora y espero a que explote el centrifugado sigo viviendo y caminando por ahí...a ver si encuentro un tesoro mejor que el que ya tengo.



Y ustedes, viajeros, qué piensan





Días de eterna cuarentena

Hace ya casi un año que nos encerraron en casa durante dos meses (o algo así porque ya ni me acuerdo). La verdad es que cuando anunciaron la...